Papeles sin firma sustituyen recetas en el hospital Carlos Andrade Marín, mientras pacientes gastan miles en medicinas que el IESS no entrega. La corrupción y el desabastecimiento ya no se ocultan.

A solo un día de la intervención del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) por parte del Bloque de Seguridad, las señales de corrupción y desorden administrativo se evidencian a simple vista: papeles sin firma ni sello hospitalario reemplazan a las recetas médicas formales, mientras pacientes y familiares recorren las farmacias cercanas en busca de medicamentos e insumos que el centro de salud no les proporciona.
El Ministro del Interior, John Reimberg, confirmó que un equipo de élite permanecerá en el hospital mientras se investigan las amenazas recibidas por el personal médico, aunque lo que se revela en la atención diaria sugiere un problema más profundo.
Según PRIMICIAS, la precariedad con la que operan los servicios de salud del HCAM, es evidente. Pacientes como Pablo Morales, quien ingresó por una fractura de brazo, denuncian gastos de hasta USD 3.000 por insumos y medicamentos que el hospital debió cubrir. “Ni siquiera he recibido los fármacos necesarios para mi recuperación”, lamentó tras una cita de control.
La situación es aún más crítica en el área de Emergencias. Personas con enfermedades crónicas, postoperatorios y pacientes provenientes de otras provincias denuncian la falta de insumos básicos, camas y atención adecuada.
Una médica del hospital, que pidió mantenerse en el anonimato, explicó que el personal se ve obligado a entregar notas informales a los pacientes ante la ausencia de recursos: “El IESS prohíbe que pidamos a los pacientes que compren insumos, pero es eso o cancelar cirugías por falta de materiales esenciales”. Agrega que la falta de firmas o sellos en estos papeles es una estrategia de autoprotección ante posibles sanciones.
Sin embargo, también admite la existencia de prácticas indebidas. “Se ha detectado que algunos médicos piden insumos que sí están disponibles en el hospital. Hay corrupción desde hace años, se sabe que hay mafias, pero nadie actúa”, denunció.
Mauricio Espinel, exdirector de Salud del IESS, respaldó estas preocupaciones al señalar que el HCAM no cuenta con los recursos necesarios para operar como un hospital de tercer nivel.
La intervención en el HCAM ocurre en medio de una creciente presión social por el deterioro del sistema de salud pública y las constantes denuncias de corrupción dentro del IESS. Mientras tanto, los afiliados siguen pagando los costos –económicos y de salud– de un sistema que les ha fallado.
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