Este hermoso país andino, enfrenta una alarmante reducción de sus masas de hielo, afectando ecosistemas y recursos hídricos esenciales.

En el último cuarto de siglo, Ecuador ha experimentado una disminución superior al 40% en la superficie de sus glaciares, según datos del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE). Esta reducción pone en riesgo la disponibilidad de agua y la estabilidad de ecosistemas únicos en la región andina.
Estudios de MapBiomas Ecuador indican que, entre 1985 y 2023, la cobertura glaciar pasó de 8.545 hectáreas a 5.851 hectáreas, evidenciando una pérdida del 35,4%. Esta tendencia se ha acelerado en los últimos años, reflejando el impacto creciente del calentamiento global.
El glaciar del Carihuairazo ha sido uno de los más afectados, perdiendo el 94% de su superficie original y prácticamente desapareciendo. Situaciones similares se observan en el Iliniza Sur, con una reducción del 81%, y en el Chimborazo y Cotopaxi, que han perdido más del 30% de su masa glaciar. El volcán Cayambe también registra una disminución significativa superior al 27%.
El Cayambe

Específicamente, el glaciar Hermoso del volcán Cayambe ha mostrado una reducción significativa. Fotografías comparativas tomadas entre 2016 y 2024 por montañistas y fotógrafos locales evidencian este retroceso.
Además, un estudio publicado en 2023 proyecta que, de mantenerse las tendencias actuales, el glaciar del Cayambe podría reducirse a 6,1 km² para el año 2050 y desaparecer completamente para 2080.
El retroceso del glaciar del nevado Cayambe se ha atribuido principalmente al aumento de las temperaturas desde 2012. Durante los últimos 30 años, el glaciar ha experimentado una disminución del 30,09% en su superficie.



Las florícolas podrían tener cierto impacto, pues se ha documentado que el uso de productos químicos en esta industria puede contaminar el suelo y las aguas circundantes, afectando el medio ambiente local. Sin embargo, no existen pruebas de un daño directo a la situación del glaciar, por parte de estas industrias.
En julio del 2024, la tasa de reducción del Nevado se posicionaba en 100 a 150 metros por año. Sin embargo, y tras la falta de lluvia en los meses posteriores, llegando a principios del 2025, esta estadística habría aumentado.
Riesgos en recursos hídricos
Estas pérdidas tienen consecuencias directas en las comunidades andinas que dependen del agua de deshielo para la agricultura, el consumo humano y la generación de energía hidroeléctrica. La disminución de los glaciares afecta la regulación hídrica y pone en peligro la biodiversidad de los páramos altoandinos.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) destaca la importancia de estudiar estos cambios para diseñar estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático, así como para gestionar de manera sostenible los recursos hídricos del país.
A nivel regional, entre 1985 y 2022, los países andinos han perdido aproximadamente 184.000 hectáreas de glaciares, lo que equivale al 56% de la superficie detectada en 1985. Perú ha sido el más afectado, con una pérdida de 115.000 hectáreas, mientras que Venezuela ha visto desaparecer el 97% de sus glaciares.
La comunidad científica advierte que, de no tomarse medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, los glaciares ecuatorianos podrían desaparecer por completo en las próximas décadas, exacerbando los desafíos ambientales y socioeconómicos en la región.
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